Todo deportista se compone de tres aspectos.
El primero es un cuerpo, el segundo es la mente, el tercero es ETERNIDAD.
Los dos primeros le convierten en humano, pero solo el tercero le convierte en UNICO.
Los dos primeros pueden ser entrenados pero solo el tercero puede ser cultivado.
El cuerpo lo entrena un entrenador, la mente un psicologo, pero son pocos los que saben decir quien es el encargado de entrenar la eternidad.
La eternidad me pertenece a mi.
Las veces que ese deportista sea capaz de alcanzar la eternidad, sera las veces que logre la excelencia, y mas vale que esta sea en el momento adecuado y en la circunstancia concreta donde tiene maxima repercusion, pues esas eternidades se agotan como las balas en una recamara.
Conseguir que todo eso se produzca en el momento adecuado y en el instante preciso, es un trabajo del entorno.
Yo tan solo me encargo de ello, aunque a veces sea necesario que yo me encargue de hacer aquello que debia haber hecho su entorno.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
viernes, 19 de diciembre de 2008
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